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El primer contacto que tuve con La Noche de Europa fue en Cuenca, en la clausura del “Festival Poesía para Náufragos” en noviembre de 2015, en la sede de la Real Academia Conquense de Artes y Letras. Después de ser cabalmente presentado por el profesor y crítico Ángel Luis Luján, Dionisio Cañas, muy solemne, erguido, paseaba con buenas zancadas por la sala mientras iba leyendo fragmentos del poema reproducidos en hojas Din A3 que después arrojaba ceremoniosamente al suelo. Atrayente puesta en escena, gravedad en la dicción, contenido de lo leído, bronco compás de la lectura, cubrieron de emoción al público asistente. La edición de La Noche de Europa consta de varias partes: incorpora un disco, “Las 8 puertas de la noche” (cuyo contenido seductor posee una fuerte impronta autobiográfica, como en otras muchas realizaciones de Dionisio Cañas), incorpora también el acceso a la web accionrefugiados.es a través del código QR, configurándose el conjunto, en cierto modo, como un variopinto manifiesto; y su parte inicial (que conformaba la primera versión del libro seguida de un apéndice en forma de diario, conservado también ahora) está concebida como un único poema extenso, dividido en estrofas que, aunque toman la apariencia del poema en prosa, separan sus inequívocos segmentos (versos o, más bien, versículos) a través de muy prolongados guiones que crean así una contundente rapsodia dotada de una ostensible condición rítmica, especialmente respiratoria, y manifiestamente musical.